AYABACA EN LA HISTORIA
Hablar de Ayabaca en la historia, no es simplemente referirse a la ley con la cual es elevada a provincia hay que rescatar todo ese gran conocimiento que dejo el hombre y la mujer de Ayabaca en su proceso del cual somos producto y podemos construir un pueblo digno.
Ayabaca es tan importante para el Perú porque nos puede indicar desde cuando fue poblado nuestro país y en qué condiciones llego el hombre al Perú, hace más de veinte mil años atrás, como lo demuestran los restos más antiguos encontrados en las cuevas de Piquimachay Ayacucho, lo cual nos indica que fue la sierra por donde se inició el poblamiento del Perú.
Hace más de cinco mil años empezaron en el ámbito nacional, a asentarse los primeros grupos humanos y a formar las primeras aldeas donde se dedican a la horticultura y a tener sus primeros centros cultistas; vestigios de este tipo orgullosamente descansan en diferentes comunidades de los distritos de nuestra provincia, como son el cerro Cuchallin en Montero, el cerro Checo de Sicchez, la Huaca de Chocan Ayabaca entre otros.
Con el desarrollo de la agricultura comienzan a formarse las primeras concepciones explicativas sobre el origen de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, así mismo empiezan a plasmar estas concepciones en grandes moles, que en el caso de Ayabaca se plasmaron en los petroglifos de Samanga y de otras comunidades, donde está impregnada la filosofía cósmica natural de nuestros ancestros.
Hace dos mil años se formo es estado Ayahuaca representado por sus curacas, muestra de ello es nuestro tan extrañables: “señor de olleros” y el “Chaman de Hualcuy”:que por falta de una política decidida de las autoridades. Lo dejaron llevar de su tierra natal y que hoy por hoy debemos de rescatarlo y traerlos a Ayabaca de donde nunca debieron salir.
Antes de la llegada de los incas a nuestra provincia, se habían consolidado los Guayacundos en tres grandes señoríos: Ayahuacas, Calvas y Caxas, de quienes Garcilaso de La Vega escribe en sus “comentarios reales de los incas”... que aquí vivía gente organizada políticamente, eligiendo sus jefes para la paz y sus capitanes para la guerra...quienes conjuntamente ofrecieron resistencia durante más de cinco meses a los orejones del Cusco.
Tras una gran ofensiva militar los incas arrasaron con los Guayacundos e instalaron el centro administrativo ceremonial Aypate, desde donde controlaban la parte norte del Tahuantinsuyo entre cuenca y Cajamarca y siguieron utilizando la ruta de intercambio comercial y cultural que habían fortalecido los Guayacundos.
Pese a la dispersión de los Guayacundos fueron los primeros que ofrecieron resistencia a los españoles en su rumbo de Tumbes a Cajamarca; así tenemos a nuestros curacas Cango e Icotu que supieron liderar la resistencia de la sierra de Piura durante la invasión europea.
Consolidada la invasión española en el Tahuantinsuyo, Ayabaca pasa a formar parte de las encomiendas españolas, donde está dirigida por un castellano y su pasta europea, instalándose en sus primeros momentos en Tacalpo, para luego fundar el pequeño asentamiento denominado “nuestra señora del pilar” en el territorio actual de la ciudad de Ayabaca, dependiendo en aquel entonces de la diócesis de Trujillo con la categoría de cura cato; en mayo de 1727 es elevada a la categoría de parroquia principal, dependiente del corregimiento de Piura, época en la cual se mandó a edificar la imagen del Señor Cautivo de Ayabaca (1751).
Durante la republica son varias las denominaciones que va a tener Ayabaca, así tenemos que en 1821 José de San Martin dicta el reglamento provisional en el que considera a Piura como provincia del departamento de Trujillo y Ayabaca aparece como uno de sus caseríos.
En 1828 durante el gobierno de José de La Mar Ayabaca fue elevada a la categoría de villa de la provincia de Piura.
Por ley del 21 de enero de 1857 Ayabaca tiene su creación como distrito.
Por ley del 30 de marzo de 1861 se crea la provincia de Ayabaca con su capital Huancabamba.
Por ley del 14 de enero de 1865 se separa a la provincia de Huancabamba, quedando Ayabaca como capital provincial.
Cabe resaltar que durante el virreinato y la republica la ruta de intercambio cultural y comercial siguió siendo Ayabaca hasta hace no más de 50 años en que se empieza a priorizar la ruta de la costa beneficiándose las ciudades de Sullana y Piura, relegando por ende nuestro desarrollo.
Somos parte de la historia y nuestro actuar se escribirá muy pronto, ¿bien o mal? Depende de nosotros, pero no solo de sus autoridades sino del pueblo en su conjunto ya que sino concertamos el desarrollo, no llegaremos a ninguna parte y más aun retrocederemos en los espacios logrados.
Convirtamos este momento histórico en un espacio de reflexión y sobretodo, de acción, para lograr el tan anhelado desarrollo sostenible que merece nuestra querida Ayabaca que hoy se ve amenazada por la presencia de industrias extractivas extranjeras.